Por Héctor Aredes
@hector.aredes
Cuanta historia ha transcurrido en los patios de las casonas, iglesias y conventos del casco histórico de la ciudad de Córdoba, y gracias a esta iniciativa de la sub secretaría de Turismo de la Municipalidad, ahora podemos visitarlos, viajar a la Córdoba jesuítica y colonial, y adentrarnos en las fascinantes historias que se tejieron en sus rincones.
Envueltos en rezos, tradiciones, luchas políticas y el aura de personajes legendarios, los patios históricos de la ciudad cuentan historias fascinantes. Algunos de ellos no siempre están abiertos al público, por lo que aprovechar esta experiencia es una oportunidad única para develar sus secretos.

Lo curioso es que adentrarse en algunos patios, como los del Museo San Alberto y Juan de Tejeda, resulta una experiencia realmente inmersiva, porque se han conservado intactos a lo largo de los siglos. Al ingresar a ellos, misteriosamente el sonido del tráfico y el bullicio de la ciudad se esfuman, y hasta parece que aún se escuchan los sonidos de los carros y los caballos, y los pregones de algún vendedor ambulante.
Los días 24 y 25 de septiembre, la ciudad de Córdoba celebró sus patios a través de la cuarta edición del programa “Córdoba de los Patios”, y así se abrieron las puertas de lugares emblemáticos, verdaderos tesoros arquitectónicos y culturales, los que se llenaron también de música de coros y artistas locales.
Vecinos, visitantes y turistas pudieron sumergirse en un viaje que trasciende el tiempo: los patios, con sus rejas de hierro, baldosas antiguas y galerías, se transformaron en escenarios vivos que cuentan la memoria de la ciudad. Cada visita guiada fue una oportunidad para descubrir el valor patrimonial de los espacios íntimos, donde la arquitectura colonial se encuentra con el legado jesuítico y las costumbres de los antiguos habitantes.
En esta edición se abrieron los patios de verdaderas joyas cordobesas: los del Cabildo Histórico, la Iglesia Catedral, el Colegio Nacional de Monserrat, el Museo San Alberto, el Museo Sobremonte, el Museo Caraffa, el Museo Evita-Palacio Ferreyra, el Museo Juan de Tejeda, el Museo de la UNC, el Multiespacio Bancor y el edificio histórico de la Legislatura. Lo mas llamativo de esta edición fue el patio del Museo de la Pizza, en la emblemática Pizzería Don Luis, sumando las historias de nuestros inmigrantes al recorrido.
El programa no solo rescata la riqueza patrimonial local, sino que además establece un lazo cultural con el célebre “Festival de los Patios Cordobeses” de Córdoba, España. Esta iniciativa hermana a dos ciudades que comparten nombre y raíces históricas, y que hoy dialogan a través de la belleza de sus patios, símbolos de identidad y convivencia. Otro hito de esta edición fue la renovación del hermanamiento entre Córdoba (Argentina) y Córdoba (España), firmado originalmente en 1969, con la visita de una nutrida delegación llegada desde la Córdoba Andaluza.
“Córdoba de los Patios” se consolida así como una invitación a mirar hacia adentro, a redescubrir la intimidad de la arquitectura y la memoria de los muros, y al mismo tiempo a tender puentes culturales que cruzan el Atlántico. Fue una oportunidad para vivir la ciudad desde sus rincones más auténticos y, al mismo tiempo, reafirmar que los patios —ya sean en Andalucía o en el corazón argentino— siguen siendo refugios de belleza y encuentro comunitario. ¡Hasta la próxima edición!



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