Por Nati Barraud
Queridas lectoras, para muchas este será un año más, en donde recibirán mensajes de feliz día, algún regalo, o algún reconocimiento. Las redes sociales se llenarán de mensajes y eso nos hace muy bien, no vamos a negarlo. Pero ¿saben una cosa? El deseo mío y de miles de mujeres será recobrar la salud.
La de la foto soy yo, quien escribe, pero no crean en todo lo que ven.
Toda la ropa es mía, no hay canje que agradecer. Lo mismo con las botas y la cartera y el sombrero. Lo único ajeno es el pelo. Ese cabello no es mío y francamente no sé de quien es.
Es una peluca que me prestó la fundación Vanesa Duran. Según me cuentan se confeccionan en Estados Unidos a manos de los mismos fabricantes de las pelucas de las mujeres ortodoxas judías.
Podría ser el cabello de una niña o de una mujer, lo desconozco. Sé que es parte del ADN de otra cultura y de otra mujer que jamás conoceré.
La estoy usando hasta que crezca mi pelo. Las quimios me dejaron calva. Me detectaron un cáncer de mama el año pasado y pese a los buenos pronósticos no zafé de este trámite tan especial.
Las quimios no son tan terribles como antes y yo en esas sesiones conocí a mujeres impresionantes.
Estaban ahí sentadas, algunas con gorritos, otras con turbantes, pero todas enteras, mirando hacia adelante. Ellas me dieron el aliento que necesitaba para no sentirme tan mal, ni extraña.
Dicen las neurociencias que las mujeres tenemos «células espejo» que podemos sentir lo que otras sienten por el sólo hecho de ser mujeres; incluso se ha comprobado que la «regla» (la menstruación) se alinea si conviven varias mujeres juntas.
¿Quién explica este fenómeno?
Ojalá que nadie. Ojalá sea magia pura y nos mantenga inocentes.
Cada año 22.000 mujeres en Argentina son diagnosticada con esta enfermedad: cáncer de mama. No se asusten si les toca, es tratable y es curable. La gran mayoría sale con mayor fortaleza. Tengan fe y cuídense. Es el cáncer que menos mortalidad tiene porque se puede diagnosticar a tiempo.
Asique mis queridas sepan que pese a todo lo malo que supone esa palabra y otras tantas como: estar sin trabajo, haber renunciado a un amor, extrañar a un hijo, haber perdido un exámen, un viaje, una figura o una cabellera, igual nos mantemos erguidas y camuflados cualquier dificultad.
Sólo nosotras sabemos cómo lo hacemos.
Asique a estrenar ese vestido, a ponernos aquel perfume, a mirarnos con ese plato que tanto nos gusta y a disfrutar pese a todo.
Tenemos el mejor de todos los atributos: nacimos para dar vida y va más allá de tener hijos, va con la sola esencia de ser MUJER.
¡Por la salud y por la entereza, ahora y siempre!
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